El catering en pantalla. Un servicio a dignificar

La reciente emisión del programa Joc de Cartes en Tv3, la televisión autonómica catalana, dedicado en esta ocasión a una posible elección del mejor servicio de catering de Barcelona, quizás haya puesto en primer plano lo que significa este servicio gastronómico y lo que le diferencia de otros espacios de restauración. Porque el catering es un mundo y es un mundo especial, con una idiosincrasia diferente y que obliga al restaurador a ofrecer un servicio gastronómico que sepa jugar con toda una serie de circunstancias que el restaurador que trabaja en su propio espacio no ha de considerar.

Ofrecer un buen servicio de catering consiste ante todo en saber escuchar al cliente y adaptar lo que tú tienes a lo que el cliente necesita. Pensar en una oferta inamovible en la que o lo tomas o lo dejas, sin tener en cuenta el espacio en el que se ofrece, la clientela, el perfil de las personas, del evento, las circunstancias de todo tipo en las que se va a desarrollar, el tiempo que va a durar, el emplazamiento, la franja horaria y la propia infraestructura de la que se dispone, no es ofrecer un servicio de catering. Es querer dar gato por liebre.

Así, en el día de ayer se vieron muchas de las diferentes maneras de encarar un servicio como este, con las que en Planes coincide en muchos aspectos. Nuestra manera de vivir la profesión tiene mucho que ver con nuestros orígenes en la primera línea del mercado, conociendo lo que ponemos en el plato, lo que preparamos, de primera mano. Pero también por esa vivencia en el mercado, sabemos qué es lo que el público quiere. Y el público quiere ser escuchado. Quiere que sus demandas se entiendan y se atiendan y no que simplemente encajen en una plantilla ya cerrada.

Desde Planes nos congratulamos por el esfuerzo de dignificación del sector del catering y sus derivadas, como los workshops, los showcookings o los maridajes. Nuestra ilusión es la de hacer de cada servicio y en cada espacio, una experiencia especial, en la que tanto el cliente como nosotros, avancemos y sigamos aprendiendo y buscando nuevas maneras de satisfacer nuestros objetivos. Disfrutar de la experiencia gastronómica a todos los niveles.

Carme Ruscalleda, ejemplo de cocina desde la base

Hubo un tiempo en el que los cocineros eran desconocidos para el gran público. Años y años en los que no aparecían en televisión, ni eran portadas de los semanarios de información general. Y de repente, todo cambió. Y toda una generación de cocineros, quizás comandados por Ferran Adrià, le pusieron rostro a una revolución gastronómica que hoy todavía dura.

Uno de esos rostros, y quizás uno de los rostros más importantes, fue el de la cocinera catalana Carme Ruscalleda. Por muchos motivos, su aparición en la escena de los grandes nombres de la cocina, fue trascendental. En primer lugar, por ser mujer. Porque pese a que todos los grandes cocineros dicen haberse inspirado en la cocina de sus madres y abuelas, pocas son las mujeres chefs que son reconocidas. Y en segundo lugar, por un carácter abierto, alegre, extrovertido, que la ha hecho muy popular.

Desde su restaurante Sant Pau, en Sant Pol de Mar, ha ido extendiendo por todo el mundo la cocina entendida también como herencia de una sabiduría previa, como en nuestro caso, en Planes, a través de la cocina casera, que ha ido evolucionando e incorporando otros puntos de vista. Su Sant Pau en Japón o ser la encargada de la cocina del Mandarin de Barcelona, dan muestra de la relevancia de la figura de Ruscalleda.

Pues bien, todo llega a su final, o al comienzo de un nuevo principio. La cocinera ha anunciado recientemente que el Sant Pau dejará de funcionar en octubre de este 2018. Después de 30 años en lo más alto, Carme Ruscalleda ha decidido reinventarse. Su espacio en Sant Pol seguirá estando vinculado a la cocina, de otra manera, y ella se niega a jubilarse.
Todo un ejemplo de amor por la cocina, desde la base, que quiere seguir evolucionando.

VII Fira de la Cerveza Artesana de Poblenou

Comer está muy bien. De hecho, es por lo que estamos aquí, principalmente, porque nos gusta comer. Pero ya sabemos que la gastronomía es algo más. Que también es beber. Y en estos días, no nos engañemos, cuando parece que el verano se ha decidido finalmente a instalarse en nuestras vidas, lo que apetece es una cerveza. Y lo que está de moda son las cervezas artesanas. Y hemos dado toda esta vuelta para llegar a una feria.

Los días 6, 7 y 8 de Julio, tuvo lugar una nueva edición de la Feria de Cervezas de Poblenou, nada menos que la feria de cerveza artesanal más importante de la Ciudad Condal y la que acoge a un mayor número de asistentes de toda Catalunya, unos 30.000. Lo que hace de estos eventos algo especial es el hecho de que los participantes en esta feria no son solo distribuidores, son los propios productores de las cervezas, quienes las han pensado y trabajado, quienes explican y disfrutan haciéndolo además, cómo y porqué esa cerveza es como es.

Las cervezas artesanales se han convertido en todo un fenómeno y raro es el evento que no hace gala de un proveedor de cerveza artesana como rasgo distintivo y de cierto glamour. Esta será ya la séptima edición de una feria que contará con novedades como el Food Loves Beer, un espacio para hablar de maridajes y situar a la cerveza como protagonista de la gastronomía; las Catas cara a Cara, el pabellón de cervecerías de Rusia y un stand de la Berlin Beer Week.

El 8 de Julio fue el día de la entrega de premios del IV Campeonato Nacional de Cervezas, para premiar las mejores cervezas de España. Durante toda la Fira, sesiones de Dj y 15 food trucks completaron el ambiente de un evento en el que la sed, está prohibida.